miércoles, 5 de mayo de 2010

tal vez...tal vez...qui lo sa?


Miras un Maestro, lo ves en el paraíso,
te ves a ti en el desierto
y ves entre el paraíso y el desierto un abismo
y dices:
“Sé compasivo, dime cómo llegar al paraíso, no te quedes con el secreto, dime, tú dime y yo haré lo que digas”.

El Maestro dice:
“Salta, despierta, ve que tu desierto, el abismo y mi paraíso son sueño”.

Entonces la mente no comprende y dice:
“Bien, desde aquí, desde mi desierto me prepararé, me disciplinaré y luego saltaré”.

Y por más que te digan:
“salta ya!, no es necesaria preparación, simplemente salta ya!”,
no comprendes,
sientes que el otro guarda un secreto que no te dice,
sientes que en su privilegio de estar en el paraíso
es indiferente a tu sufrimiento de estar en el desierto.
Miras alrededor
y buscas a otros que parecen estar preparándose para saltar
y los sigues, los imitas
y sientes que por fin alguien te dirá cómo saltar.

Piensas:
“Ese Maestro está loco, no me dice cómo saltar, sólo me dice: salta!”.
La mente siente que él encontró el cómo
y no quiere compartirlo,
mas el Maestro sabe que no hay cómo
que por más que él también
haya hecho muchas prácticas en el desierto,
sabe que nada de eso fue el cómo,
simplemente un día comprendió
y el salto se produjo.
Simplemente un día
la compresión misma fue la que
“lo dejó” en el paraíso que se encuentra
y sabe que en realidad, aunque lo dice,
no hay salto, no hay desierto,
no hay abismo, no hay paraíso.
Sabe que siempre fue paraíso
pero la falta de comprensión
hacía que no lo pudiera percibir.

Y tú desde el desierto practicas,
a veces sueñas con paraísos y sientes:
“Ya casi lo alcanzo, por momentos logro ver el paraíso, ya casi lo logro!”.
Mas, aunque sea difícil de comprender para la mente,
no hay cómo, sólo hay comprensión
y todo el sueño se muestra a si mismo como sueño
y todo el paraíso se muestra como
una realidad eterna subyacente al sueño,
o mejor dicho, donde el sueño sucede.

No hay egoísmo, no hay falta de comprensión por el sufrimiento,
simplemente estás intentando modificar una ilusión
y el Maestro sabe que el único camino
es la comprensión que la ilusión es ilusión,
de esta “manera” lo real se hace evidente.
La única “manera” de salir del desierto
es comprender que ya somos paraíso.
No hay dónde ir, ya estamos,
no hay nada que hacer, ya somos,
“a excepción” de comprenderlo,
nada puede ser hecho.
ahina