Integrar es la única posibilidad.
Integrar lo que ha sido desmembrado
pero no ha podido ser desaparecido.
Integrarnos, no separarnos.
A veces duele, a veces no es fácil,
pero si se lo evita,
sólo queda la insatisfacción
que surge del aislamiento,
de negar partes que nos constituyen
y claman por ser
miradas y tocadas.
El mundo,
con todo lo que contiene,
es el activador fundamental de lo que
parece perdido o impropio,
de lo rechazado y apartado.
Integración, en y con el mundo,
última finalidad del auténtico humano.
ahina